We'll share the same room. +18 {Ethan}

Antes de dirigirse a su casa, Ethan había acompañado a Chiar a su departamento, al parecer ninguno de los dos tenía ganas de hacer "la gran mudanza" con un taxi esperandolos impacientemente, por lo que le dijo que solo pusiera en un bolso un poco de ropa, volverían mañana, en su auto, para sacar lo que ella quisiera con mucha más calma.

Eso era lo único que podía empañar la noche, que no previó que algo así pudiera pasar y envió su auto a reparar sin plan B posible, era un detalle menor al fin y al cabo, pero le hacía pensar de vez en cuando lo impulsivo que era.

Finalmente llegaron a su casa, le agradó que a ella le gustara, sabía de antemano que así pasaría ya que ella no estaba acostumbrada a un sitio como ese, era lujoso, amplio, y cualquier cosa que se pudiera imaginar, estaba ahí, y la que no, se conseguia fácilmente...por algo estaba incrustada en el corazón e Manhattan.

Ethan simplemente sonrió cuando ella exteriorizó lo que sentía, le parecía "maravilloso" y él estaba complacido por eso. Sintió su cuerpo acercarse al de él y cerró los ojos con suavidad, acariciandole el cabello mientras le besaba la cabeza con dulzura.

¿Quieres ver tu cuarto...? Ven...

El sonrió picaramente y la tomó de la mano para llevarla a la habitación, seguramente ella se quedaría observando todo lo que estaba a su alrededor, como las fotos grandes y enmarcadas de él con algunos artistas reconocidos, o los instrumentos firmados que adornaban las esquinas, él vivia para la música y su casa lo expresaba mejor que nada.

Espero que te guste...no es por ser presumido pero...sabía que me dirias que sí y...lo preparé con mucho cuidado...

Ethan sonrió negando con la cabeza. ¿Disculparse? ¿Para qué? esa ahora también era su casa, además, era evidente que unos zapatos de ese alto eran capaces de acabar con quien fuera, sobre todo, si la persona no estaba acostumbrada a usarlos, como era el caso de Chiar.

No seas tonta...puedes hacer lo que quieras, la idea es que te sientas a gusto aqui, es tu casa también, si te limitas en algo no me sentiría bien conmigo mismo...tomate total confianza, esa sería tu mejor forma de agradecerme, no necesito más...

Sonrió y avanzó hacia ella, sentandose sobre su cuerpo, para luego quitarse la camiseta frente su rostro, con una sonrisa picara le besó el cuello suavemente para luego pasarle los dedos por el pecho de forma suave, casi imperceptible.

No sabes el gusto que me da tenerte aqui...conmigo...es como un sueño hecho realidad...y te doy las gracias...pero no te pongas muy comoda...aun tengo hambre, y tengo recetas para todo lo que se te ocurra, que yo cocino muy bien...además...hay que ver el estudio...¿o no quieres?

Ethan simplemente sonreía escuchandola, vaya que si, era el sueño de ambos, ella se debatía entre lo que debía ser y lo que quería que pasara, sin embargo él lo tenía muy claro desde el principio, no estaría con otra que no fuera Chair, le entregaría todo, con el tiempo, pero con la convicción de que eso era lo correcto.

Le dio un beso lento, pero intenso, había escuchado lo de la comida, pero ahora su cena era ella, sin duda quería devorarse ese espectacular cuerpo italiano suavemente, para que el sabor no se fuera nada rápido, le quitó el vestido, observando esa preciosa lenceria y sonriendo con malicia.

"Cuando quiera" Susurró ella, y él le mordió el cuello, sin duda no quería detenerse ahora, sin embargo, nunca lo habían hecho antes, tenia ganas de que fuera algo especial, por lo que se separó mordiendose el labio y tirandole el bolso mientras le sacaba la lengua.

Te enseñaré el estudio...a cambio de un beso...y de que me digas qué te apetece como plato fuerte.

Sonrió, acomodandose y mirandola.

Los besos eran cada vez más intensos y pasionales, aquella espectacular ropa interior que mostraba la italiana, tenian el efecto deseado en él, vaya que si, se mordió el labio, sintiendo, explorando cada centimetro de su nueva compañera de cuarto, de su amante, de la que esperaba que fuera su todo.

Chiar...

Un murmullo con toque de gemido salió de los labios de Ethan quien se regocijó enseguida por todo lo que sentía, él sabía que ella estaba viendose con otro, él conocía la situación de confusión que pasaba por la cabeza de su amiga, por lo que ahora verse con ella, besandola, acariciandola, y haciendola suya, lo hacian sentirse como el autentico ganador de una lucha que, a pesar de todo, fue bastante desigual ya que nunca tuvo un verdadero rival.

Descendió de a poco, mordiendole los muslos con suavidad, cerrando los ojos, como si degustara aquello, Ethan sonrió picaramente para luego levantarse y mirarla, el lenguaje corporal de ella lo decía todo, se quitó el pantalón y puso sobre el cuerpo de Chiar solo para quedar boca arriba, jalandola suavemente para que quedara encima de él.

Hazme tuyo...hazme el amor...te necesito demasiado...

Le susurró, mirandola a los ojos, mientras la besaba con desesperación.

Ethan se mordió el labio al escuchar a Chiar, si ella tenía tiempo esperando eso...¿Qué podía decirse de él? Sabía que estaba en una feroz competencia por el cariño de la italiana, y estar ahí, viviendo con ella, era la prueba de que lo había escogido a él, pero antes había estado sintiendo impotencia, rabia, por el hecho de que los besos que debían ser para él, los estaba deseando otro.

Respondió el beso solo para mirarla con otra sonrisa, picara, se abrió de piernas y tembló ligeramente, la boca de Chiar era tremendamente adictiva, experta, gimió por lo bajo mientras apretaba el colchón de la cama con fuerza, cuando ella le acarició el miembro fue el extasis que lo llevó a arquearse levemente y a relamerse, se sentía atrapado, pero bajo ningún concepto iba a terminar aquello.

No...no...no me tortures...no hagas esto...por favor...

Susurró, como una falsa suplica, si bien sus labios le decian que no lo hiciera, sus ojos ardían y rogaban por más, suspiró de nuevo, y en un ataque de sinceridad le dijo.

¿Sabes que si me resisto...puede ser violación?

Sonrió, moviendose suavemente como si intentara safarse del control de ella.

Ethan enseguida le acarició los pechos intensamente, escuchandola, él no iba a resistirse, obviamente no, pero tampoco estaba en contra de ponerle un poco de picante a la escena, sabía que no sería nada más que un juego, entonces, ¿por qué no experimentar?.

El sentía aquel roce y unido a las caricias hacian que gimiera intensamente, él la acarició con locura, clavandole los dedos mientras cerraba los ojos, llevando la cabeza hacia atrás, la deseaba tanto que sintió que tal vez no era necesario decir lo que quería hacer en ese momento, sin embargo le pareció interesante, ver que hacía Chiar llegado ese punto, ver que podía tramar si tenía bandera blanca para hacerle lo que quisiera.

No lo sé...no sé si quiera resistirme...tal vez...tal vez tus besos no me hacen nada y si quiero...quiero ver qué haces para enloquecerme...incluso conmigo resistiendome...incluso poniendotelo dificil...

Susurró, manteniendo el rostro de ella a la misma altura de la de él, quería que ella viera a través de sus ojos, que sintiera que, por un momento, era verdad lo que decia...

El abrió los ojos como platos al escuchar esto...¿probandola? tal vez, pero con ese tono parecía que todo iba a irsele al garete, parecía que ella tenía un plan, parecía que ella quería tomar el control de la situación, y también parecía que tenía las ideas perfectamente pensadas para lograr esto.

¿Pro...pro...probarte...?

Alcanzó a susurrar, cerrando los ojos y agitandose poco a poco, de manera tal de hacerle entender que ya estaba casi en sus manos, sentía los labios de Chiar cerca de su oreja, lo que lo excitaba tremendamente, por lo que se arqueó sin percatarse que ella comenzaba a desnudarlo.

El terminó pegado a una pared, sintiendo como ella le lamía el miembro casi con gula, cerró los ojos, y a pesar de que ella lo disfrutaba, para él esa posición era algo incómoda, por lo que aprovechó las caricias que le hacia para subirle el rostro y besarla intensamente y llevarla a la cama, él se sentó, permitiendo que ella continuara con lo que pensaba hacer.

La explosión de placer era tremenda, se abrió de piernas para que no tuviera dificultad alguna, mientras le acariciaba el cabello, enredando sus dedos en el.

Buena chica...

Susurró, extasiandose, y premiandola a la vez.