Sobre ruedas (Ethan, libre)

Tarde soleada en la ciudad de Nueva York, se había hecho esperar tras las fuertes nevadas y parecía que todo el mundo lo había cogido con ganas, pues las calles resultaban más estrechas que de costumbre y el bullicio más abrumador si cabía. Una chica de melena alborotada entraba en las pistas de skate ocultada tras unas estupendas wayfarer, mochila al hombro y frapuccino en mano tras la obligada parada en el Starbucks de la esquina. Monopatines rodando de un lado a otro, caídas, música, voces... todo un agobio a decir verdad, justo lo que necesitaba en aquel momento, sentir vitalidad ajena a la que sentía su cuerpo.

Se sentó sobre una de tantas barandillas a las que seguro le darían otro tipo de uso mucho más provechoso, o al menos con más riesgo y estilo que el tener sus posaderas sobre ella con el único peligro de perder el equilibrio y caer de espaldas, muy emocionante sin duda. Cruzó sus pies y se puso a balancearlos mientras miraba los chicos de alrededor, sonreía poniéndose los cascos de su ipod a la espera de una ambientación algo mejor que aquella ruda sintonía que destacaba en el ambiente. Mientras buscaba la canción adecuada, era su bebida la que ofrecía la banda sonora al ser sorbida, ni rastro quedaba ya de lo que para ella era su droga y con una sonrisa relajada se dedicó a morder la pajita observando y riéndose de aquellos que buscaban impresionar a la chica con sus filigranas sin saber que poco le importaban. Vueltas y vueltas a la ruletita pero no encontraba la melodía que le gustaría escuchar, ésta tan sólo se encontraba en su cabeza y ni si quiera estaba entera aún pero ya podía notar su presencia. Poco a poco aquel single iba tomando forma, aún faltaban muchos retoques pero se sentía orgullosa de que por fin estuvieran logrando lo que tanto habían deseado y de la manera que siempre había querido. Mientras tanto se conformaría con algo de Blur, hoy tenía buen humor hasta para escuchar su Girls and Boys.

De vez en cuando aquellas personillas que estaban a su alrededor la miraban mal, quien sabe si era por sus risas cuando caían o por el hecho de que unos pantalones verdes ajustados y la chaqueta de cuero no entonaban muy bien en aquel lugar pero en cualquier caso ella respondía sacando la lengua descarada sin hacer caso a las consecuencias que podría traer. Una de aquellas veces vio la muerte muy cerca, como represalia uno de esos locos sobre ruedas se atrevió a hacer un truco a su lado y poner en riesgo su vida, suerte que cayó antes de que pudiera acercarse un poco más lo que hizo que de nuevo riera y sorbiera de la pajita en tono de burla hacia aquel desalmado.

La música a todo volumen la abstraían de cualquier comentario, jamás le importó el qué dijeran de ella y hoy no iba a ser el día en el que empezara a hacerlo, tenía la suficiente personalidad como para responder con su indiferencia a la ignorancia que la gente mostraba. A menudo los malos hábitos y contestaciones surgían de no tener conocimiento de la causa, ella no pecaría de la misma forma y únicamente se dedicaba a pasar un rato divertido sin hacer ningún daño a los demás pero era imposible reprimir las risas cuando uno resbalaba, era un acto reflejo de la raza humana que no se podía controlar por muy mal que sentara. Observando a su alrededor se dio cuenta de que había algo que no encajaba, entre todas aquellas gorras, sudaderas y pantalones en la mitad del culo destacaba un chico vestido de negro de esos que le hacían sacar una sonrisa cargada de picardía. Lo siguió con la mirada tras aquellas gafas con las que se sentía segura y cuando se dio cuenta de quien era cambió ese gesto travieso por una tremenda sonrisa mientras bajaba de la barandilla. Dejó el vaso de plástico apoyado a un lado y se fue acercando a él quitándose los cascos a medida que se acortaban sus pasos.

- No tenía nada que hacer, pensé que sería un buen pasatiempo venir a distraerme con sus caidas, la risa es muy sana ¿sabes? me lo recomendó el médico hace días - comentó burlona y alegre mientras descubría sus ojos al echar las gafas hacia arriba y ponerlas sobre su pelo, dejando al descubierto por primera vez en toda la tarde aquella verde mirada - podría decir exactamente lo mismo de tí, no tenía ni idea de que te habías pasado al lado oscuro de la fuerza.

Guiñó un ojo al ser cegada por el sol y aprovechó la estatura de Ethan guarecerse bajo él acercándose un poco más estirando de su camiseta - muy valiente "señor Hetfield", mañana me dirás con voz ronca y suplicante que vaya a tu casa a hacerte sopitas, ya verás - la confianza hacía que aquellos simples gestos, que quizá a otros les hubiera sido un tanto sospechosos, simplemente fueran eso, gestos cariñosos y amistosos. Con un rápido movimiento le arrebató su monopatín enseñándoselo triunfante mientras se alejaba unos pasos hacia atrás lentamente mirándolo desafiante portando media sonrisa - dame un motivo por el que no me tenga que burlar el resto de la semana de tu nuevo hobbie y esos compañeros tan estilosos con más gorras que calzoncillos - dijo risueña tratando de molestarlo en broma continuando caminando de espaldas.

La joven rock'n'rolla se limitó a sonreir con suficiencia y muy segura de sí misma a su pregunta, haciendo gestos altivos que para nada iban con su personalidad pero que en presencia de Ethan se hacían mucho más interesantes de representar al saber que él conocería a la perfección que se trataría simplemente de frivolidad fingida por el mero hecho de entretenerse un rato. Caminó con lentitud rodeándolo mientras asentía levemente al hecho de que no estaba bromeando, para darle aún más emoción imitó el típico tembleque de manos y piernas cuando habló de darle su merecido, sin duda un incentivo más para que aquello de echarse atrás no fuera una opción.

Esperó expectante su decisión aunque a decir verdad ya la sabía, jamás huiría ante una apuesta tan jugosa como aquella, ambos éran de los que fuera en broma o en la vida real no se amedrentaban ante ninguna circunstancia y mucho menos dificultad. Más allá de ese pequeño orgullo y el honor de saberse vencedor, jugaba el factor diversión que era verdaderamente lo que nos llevaba a aquella situación asique no había lugar para negaciones, incluso si se atrevía a salir corriendo ella misma lo obligaría a ponerse a prueba. Miró sorprendida como cogía las riendas de la situación y ella no iba a ser menos, a ese primer contacto que tomó con su monopatín ella respondió con giros de muñeca moviendo aquellos palos como improvisadas baquetas, no había barreras cuando se trataba de hacer percusión. Siguieron desafiándose el uno al otro de una manera divertida hasta que él puso sus condiciones haciendo que la cosa se pusiera aún más interesante si cabía.

- Acepto - sentenció con una sonrisa muy segura de sus posibilidades - apostaste fuerte ¿eh? espero que no pienses que tienes alguna opción... y yo que tú iría quitando esas imágenes obscenas fuera de tu cabeza - bromeó señalando sus ojos y después a los de Ethan haciéndole saber que lo tenía vigilado - no vale jugar sucio ¿queda claro?

Salió corriendo y saltándose sus propias reglas lo tiró de su patín siendo feliz con su travesura y después comenzó a golpear los dos palos en alto 3 veces para indicar el comienzo. Tras aquello un sin fín de ritmos que no daban tregua alguna, no pensaba perder aquel pequeño reto y no pretendía dar oportunidad alguna a su rival, al menos hasta que las frágiles maderitas se rompieron del ímpetu e instantáneamente una mirada dulce y suplicante le pedía tiempo muerto.

Los trozos de madera cada vez se iban haciendo más pequeños al saltar las astillas por los aires pero eso no le impedía en ningún momento cesar en su empeño con aquel ritmo frenético que hacía de sus piruetas algo prácticamente imposible. No podía rendirse aunque tuviera que golpear las barandillas con sus propias zapatillas, estaba claro que no escucharía sus modestas y cuestionables plegarías, usar sus artimañas de dulce niña encantadora con él no surtían ningún efecto, demasiado se conocían para pensar si quiera que pudieran tener un ápice de realismo. Cuando las pequeñas ramas ya no servían de nada se las lanzó traviesa a la cabeza en un intento por distraerle, bastaba con que cayera para que obtuviera mi premio y no es que estuviera muy dispuesta a seguir sus propias reglas, incluso aplaudió ansiosa cuando algo se interponía en su camino pero que poco duraba la felicidad, su salto no hizo más que sacar una mueca de fastidio aunque no se podía decir que no hubiera sido impresionante.

Agotando los últimos cartuchos que pudiera poseer, se quitó la mochila de la espalda y comenzó a buscar en ella algo que le pudiera servir pero a decir verdad no se caracterizaba por llevar cosas útiles en ella ni si quiera para una situación tan absurda como esa. La vació en el suelo mientras observaba de reojo con una sonrisa maliciosa los movimientos de Ethan, apenas podía contar unos segundos antes de que perdiera mi reto si no sonaba la música, sería imperdonable que lo hiciera de esa forma tan poco espectacular, al menos debía utilizar su desparpajo y poca vergüenza para llamar su atención y al menos tener una oportunidad de hacerle perder el equilibrio. Así pues no se lo pensó dos veces y abandonó la búsqueda de un objeto que produjera percursión, ¿para qué estaba su cuerpo entonces?

- ¡Ethan! - gritó de forma enérgica mirándolo con provocación después de haberse subido a un muro y comenzar a desabrocharse la chaqueta de cuero moviendo la cadera de un lado a otro. Observó a su alrededor, parecía haber atraído la mirada de más de uno pero realmente él era el único que le importaba, le traía sin cuidado lo que pudieran pensar aquellos que no la conocían, simplemente se divertía, Ethan sabía perfectamente que aquel no era mi estilo pero que siempre que podía me burlaba con todo el descaro del mundo de aquellas actitudes que más de una aireaba sin pudor alguno.

Se deshizo de la cazadora haciendo aquello que un escalofrío recorriera su espalda pero no había frío cuando se trataba de ganar una apuesta como aquella, tendría a cambio noches calentitas disfrutando del placer que suponía ver a aquel bomboncito sirviéndome la cena pero más aún las risas que me provocaría. Comenzó a dar cuerpo a su ritmo imaginario ofreciendo su apertura al hacer sonar unos latigazos acompasados producto del choque de una de las mangas con el metal de una barandilla que se extendía a su lado. Tras aquello utilizó sus propias manos golpeando levemente su estómago bajo la camiseta para después pasar a algo mucho más cañero y sonoro al ser sus muslos los golpeados junto con aquel baile que esperaba fuera lo suficiente para que su torpeza hiciera acto de presencia. No contenta con ello, y por si no fuera suficiente, estaba dispuesto a ofrecer un apoteósico final en el que sus manos fueran a parar más allá de sus caderas donde la espalda perdía su casto nombre, solo esperaba no tener que llegar a este ese punto.

Sonrió maliciosa por el espectáculo que estaba dando y que le parecía tan sumamente patético y a la vez entretenido, a los muchachos no había más que darles un par de muslos para que babearan como perros sarnosos, cuestión de naturaleza se solía decir, se sentía superior al saber dominarla en cierto modo o al menos ser consciente de ella. Ethan parecía algo ofuscado, eso no hacía más que darle satisfacción y fue por ello que no cesó en su exhibición llena de luz, sonido y digamos "efectos especiales" que lo acentuaban cada vez que marcaba el ritmo con un movimiento de cadera. No dudaba de que su objetivo estaba más cerca, o al menos así lo veía ella, pues el único motivo de su tremenda actuación era buscarle las cosquillas a aquel chico duro que se hacía respetar y defendía su espacio vital entre empujones de muy mal gusto que no sería raro que le hicieran acabar mal.

- Yo que tú me daría prisa entonces, algo me dice que de seguir así no saldré muy bien parada... no lo permitirías ¿verdad? - su voz sonó alta y clara entre el bullicio cargada de presuntuosidad, no se iba a dejar vencer por ese guaperas con talento privilegiado - más vale que bajes de tu patín y te rindas, ¡conseguirás que me rapten! ¡espero que pese sobre tu conciencia porque todo esto es responsabilidad tuya!

Realmente aquello comenzaba a ser surrealista, el respeto no era algo que flotara en la atmósfera de aquel lugar y era inevitable que en algún momento su carácter saliera a relucir ¿cómo sonaría la percusión usando aquellas cabezas huecas como instrumento? las ideas descabelladas cruzaban su mente con celeridad y la que más predominaba era sustituir su actual performance por crujidos de hueso quizás. Bajó de un salto y andó hacia él entre aquellos extraños a los que miraba con desdén, se puso de nuevo su cazadora y subió su cuello haciendo una buena imitación a lo John Travolta en Grease. Sus pasos eran firmes y caminaban con decisión sin silenciar su música mientras perseguía al hombre en su monopatín.

- Mis pies también hacen percusión, ¿eres consciente de que puedo estar así horas? me pregunto cuando admitirás que este reto lo gano yo - comentó con sorna entre risas mientras trataba de hacer algo parecido al claqué aunque en realidad mucho no se le parecía.