El pasado biene de vuelta... (Lucille Milnes)

Lunes por la tarde. Las clases en la universidad habían comenzado dos días a tras, si bien la mayor parte de los años los primeros días tendían a ser pan comido, al parecer el 2011 no sería tan sencillo, ya que en esos dos días ya estaba repleta de diferentes tareas. Sumado a las de la casa, y a mis preocupaciones del momento, causadas por la inexplicable "desaparición" de mi hermano mayor.
Cargada de libros y de una mochila enorme caminé por las calles de New York, deseando tener tiempo aunque sea de tomar un baño antes de ir al ensayo de la banda.
Tan rápido como me lo permitían mis piernas, (teniendo en cuenta el peso que llevaba a cuestas, desde luego) bajé al subterráneo y aguardé mi tren, quien para complicar más las cosas demoró aproximadamente quince minutos.
Sin miramientos subí esquivando personas y me senté en el primer asiento que visualicé junto a una ventanilla. Rebusqué en mi repleta mochila mi Ipod acomodé mis libros sobre mi regazo y procuré relajarme y descansar por el resto del viaje. La música poco a poco me fue atrapando y como por instinto mis pies comenzaron a moverse al son de la música, sin embargo torpe como de costumbre uno de mis libros pasó de mi regazo al de la persona que se sentaba a mi lado... Era un volumen sumamente pesado. -Lo siento... -Musité avergonzada. -¿Estás bien?Inconcientemente me detuve a observarlo para asegurarme de que no le había causado algún daño, pero realmente me sorprendí al ver esas facciones tan particulares. -¿Matt? ¿Matt Bellamy? -Mi voz sonó un poco más estridente de lo habitual debido a la sorpresa.
-Soy Lucille, Milnes... -Musité esperando que no me recordara la ultima vez que me había visto yo debía tener al rededor de 16 año, y en verdad había cambiado mucho en aquellos dos años.

Sonrió. Sí me recordaba, una gran sonrisa se dibujó en mi rostro... Si bien Matt no era de la clase de amigos que conoces desde toda la vida, y con los que compartes una historia larga, aquellos escasos momentos que habíamos pasado juntos habían sido más que suficientes para construir una gran amistad. Como esas casualidades de la vida o del destino, el había llegado hasta mi en un momento difícil... Cuando el y yo nos habíamos topado por primera vez yo estaba asimilando la verdad sobre mi familia e intentando adecuarme a ella. Pequeños fragmentos de ese difícil etapa se dibujaron en mi mente, y breves consejos de mi inusual amigo aparecieron detrás al instante, como si estuviesen unidos y fuese imposible separarlos. El había echo ese tiempo llevadero y me había enseñado varias cosas que a mi edad, en ese entonces, me eran difíciles de comprender. Pronuncié mi sonrisa. -Sí, llevo algo de peso, pero nada que no pueda soportar, soy una chica fuerte. -Guiñé un ojo en tono bromista, era genial verlo. Las probabilidades de encontrarme con el en aquel tren eran casi remotas en verdad.
-Mmm... pues en general he estado bien, desde luego en dos años suelen suceder muchísimas cosas, pero en líneas generales bien. -No me detendría en detalles, quería saber como se encontraba el - ¿Que tal tu? ¿Que ha sido de tu vida? No he recibido noticias de ti por largo tiempo... -Apreté los labios como una pequeña enfadada pero instantes después ya estaba sonriendo, de seguro el grupo y su familia habían ocupado la mayor parte de su tiempo.

1984, esa había sido la novela que había descubierto y que me había fascinado el año en que conocí a Matt. Debía admitir que aun continuaba siendo una de mis preferidas, junto con varias de Jane Austen. La literatura inglesa a mi entender era fantástica y muy inspiradora. -Sí. -Asentí volviendo a sonreír. -Cuando escuché el disco supuse que habías leído 1984, pero aun así me sorprendió bastante que te hubiese agradado tanto... -Sacudí mi melena pensativamente, cada situación que había vivido con Matt había sido accidental o inesperada, en nuestras salidas siempre sucedían cosas de este tipo, y era un tanto cómico recordarlo.
-Es verdad New York, es complicada, aun así estoy acostumbrada a cargar con cosas como estas. -Comparado con amplificadores, guitarras eléctricas y retornos una gran mochila repleta de cuadernos y unos cuantos libros no eran nada. -Bueno, no te quites crédito, he oído que han tenido muchísimos conciertos, y que su éxito no para... Supongo que tu vida debe de ser más emocionante ahora... -Dije en tono insinuante, deseando alivianar el tema de conversación. –Ni siquiera creí que fueras a reconocerme hoy. –Continué bromeando. El no era el mismo que dos años atrás, podía percibirlo, no se veía tan alegre ni distendido, era como si nuestros roles se hubiesen distendido en ese momento. -Además, también hay cosas emocionantes en componer y hacer música todo el tiempo, vele el lado bueno a las cosas...

-Hey Matt, no te desanimes. -Tomé su mano con gesto amistoso. -En la vida siempre pasamos por estos momentos de estancamiento, parálisis, desorientación o crisis, llámalo como desees; sin embargo al final de ese mal momento cambias, te fortaleces y descubres un poco más acerca de ti. -Me encogí de hombros, algo que había aprendido de mis momentos de depresión era que una crisis podía pasar a considerarse sinónimo de cambio. Si aprendes a tomártelo de esa manera y ver las cosas desde esa perspectiva pasa a ser mucho más llevadero.
-Aunque en parte estoy de acuerdo contigo, debes dedicarte más a ti, no tanto al trabajo... Eres demasiado exigente, debes en cuando es saludable divertirse ¿Sabes? Con un leve apretoncito, aparte mi mano de la suya. A veces era cómico mi manera de tratarlo ya que parecía que la mayor de los dos era yo.
-Sí, todo se invierte en este mundo, y eso es lo bueno, porque si estuviésemos los dos de igual animo en el mismo instante de tiempo ¿Quien no ayudaría? Por lo menos así nos complementamos... -Sonreí. -De seguro tus hermanos también pasaron por una infinidad de situaciones de este tipo antes de poder estar como lo están hoy, de veras intenta sobrellevar esto positivamente.

-Claro, ellso apsaron eso, pero ten en cuenta esto Luce, a ellos los ataco hace mas de 3 años, cuando casi nadie nos tomaba en cuenta, ahora, yo estoy estancado en un punto de fama crucial, si sere el mejor musico, pero la verdad hace tanto solo toco pro tocar, no se, es como si yo me sintiera en un agujero negro supermasivo del cual no puedo salir tan facil- realmente tan acabado estaba pro dentro que era complicado seguir los consejos de los demas, y mas cuando ya me habia peleado dos veces en menos de una semana, solo me relaje y mire a Lucy -Quiza tienes razon el equilibrio es bueno que exista, porque asi cuando uno esta mal el otro podria ayudarle siempre, pero siento que hay veces que ni eso-

OFF: consiganle a Kate Hudson y ya que deje de estar de Emo este pj

Sí, entendía claramente lo que era ser famoso y estancarse. Las presiones de la prensa, el cumplir con las expectativas de tus fans y no bajar el nivel, el satisfacer incluso tus propias metas y no defraudarte a ti mismo; sumado a que cada fracaso personal o profesional debes soportarlo con entereza ya que un error tuyo significa chimentos para las revistas y diarios, y tema de conversación entre las personas por largo tiempo. Eso implica que tu dolor, te perseguirá en revistas, televisión, diarios y poblaciones.
Sí todo eso era algo de lo que preocuparse pero... -Es tu vida, entiendo que tu "crisis" no haya llegado en el momento más oportuno, pero son cosas que suceden y listo, debes superarlo aunque eso implique que tu carrera disminuya un poco. Es tu vida... Tu haces lo que desees, si sientes que perdiste la chispa para la música déjala un tiempo... Siente lo que es extrañarla lo que es vivir sin ella, finge que eres alguien más. Al diablo con todo, piensa en ti. -Cuando me topaba con esos momentos de depresión tan grandes que no sabes quien eres, que te desilusionas del mundo, y que sientes que nada tiene sentido, me pelaba con la música, y me perdía a mi misma. Por un tiempo permanecía en ese estado de mutismo e inmovilidad y no me atrevía a enfrentarla.
Sin embargo poco a poco, comenzaba a extrañarla y volvía a acercarme a ella, descubriendo un consuelo invaluable, hallando el único salvavidas en medio de ese caos, porque cada vez que encontraba a la música, me encontraba a mi. El necesitaba reencontrarse, volver a experimentar la adrenalina de los primeros días, de ese tiempo de descubrimiento de la pasión por la música. -Samuel, no te auto compadezcas más. -Mi mirada al igual que mi voz se tornaron serias. -Auto compadecerse no sirve de nada, y te lo digo por experiencia, tu sabes de lo que hablo... Debes ocuparte no preocuparte... Vete, descansa, olvídate de todo, sal diviértete y vuelve a encontrarte a ti mismo... Verás como todo se soluciona, incluso lo de la música. Honestamente no creo que soportes mucho tiempo sin ella. –Primero que nada necesitaba un descanso, asumir esa maraña de sentimientos, luego se daría cuenta que la música era un parte de el, que la necesitaba, y cuando sintiera esa necesidad, esa pasión hacia ella volvería a despertarse en su interiór, y lentamente volvería a ser el mismo.