Curioseando (Lucille)

A pesar del pesimista reporte del tiempo, que anunciaba una fuerte nevada para las 6 de la tarde en adelante, Ethan se sentía con ganas de salir, un sitio que frecuentaba era la tienda de música, donde podía observar los nuevos instrumentos que llegaban semanalmente, o simplemente averiguar un poco, distendidamente. Había pensado en su llegada la ciudad solicitar trabajo ahí, pero prefirió hacerlo en otro lado, a pesar de que la música era lo suyo, necesitaba abrirse la mayor cantidad de frentes posibles y solo siendo un "camaleón" laboralmente hablando, se podía lograr.

Apróximadamente a eso de las 10 de la mañana, se dirigió hacia allá, no sin antes pasar por el starbucks más cercano y pedir un frapuccino, si por algo tenía debilidad, era por esa bebida mágica que de una forma u otra no solo le daba vitalidad, sino que tenía un delicioso sabor. Con el café en una mano, el ipod en el bolsillo derecho de su pantalón y una pequeña mochila en la que llevaba una portatil, por si se ponía "creativo", fue rumbo a la tienda de música.

Abrió lentamente la puerta y observó el sitio, estaba lleno de afiches tanto de instrumentos como de artistas famosos, las guitarras, los bajos y algun que otro teclado se encontraban en exhibición, sin embargo, el principal atractivo de la tienda era que tenía un pequeño cuarto donde podías probar los instrumentos.

Así Ethan tomó un bajo y se dirigió al lugar, como la mayoría de las veces lo hacía, duró aproximadamente 15 o 20 minutos, el tiempo máximo que les dejaban, y salió de ahí complacido, si no fuera porque tenía uno que aparte de ser excelente tenía tremendo valor sentimental para él, lo compraba sin duda, iba a ponerlo en su sitio y tomar otra cosa cuando de repente observó de reojo a alguien que, si bien había un trato "normal", muchas veces quería convertirla en persona non grata en su vida.

El timbre sonó un par de veces, luego otras dos más... -Sí, ya voy ya voy... Completamente somnolienta atravesé con paso torpe mi habitación, esquivé un par de sillas y el sofá de la sala, y al fin logre llegar a mi meta, la puerta de entrada. Como era de esperar, cuando llegué la persona que había llamado tan ansiosamente a mi puerta, ya se había marchado... -No puedo tener mejor suerte. Observé el reloj, las 10 AM.
La noche anterior había sido un tanto ajetreada, habíamos tenido un toque con stupid blue prince en el feeling rock club, y como suele suceder luego de hora y media de actuación, mi cuerpo estaba rendido, en otra ocasión, hubiese dormido un par de horas más pero dadas las circunstancias, volver a la cama para intentar retomar mi sueño sería absurdo.
Mi guitarra descansaba sobre el sofá como si reflejara mi cansancio. Mis ojos se fijaron inconcientemente en la segunda cuerda, que no había soportado la tensión de la noche anterior y se había roto. -Debo reponerla... Pensé en voz alta mientras reprimía un bostezo.
Sin preocuparme en absoluto por la ropa que me había puesto o por como me veía, salí de mi apartamento a paso rápido salteándome el desayuno; según había escuchado unos días atrás estaba prevista una nevada para hoy, esperaba al menos poder estar de regreso en mi hogar cuando esto sucediera...
Al fin llegué a la tienda. Me acerqué al mostrador, y saludé al chico que atendía, iba tan frecuentemente a ese lugar que conocía a casi todos los vendedores del local.
-Necesito una segunda cuerda para mi guitarra... -El chico se marchó en busca del pedido, y me dediqué a observar a las diferentes personas que se paseaban por el lugar.
No pude evitar hacer una mueca al ver a Ethan, eso si que era mala suerte, justo en el momento que yo llegaba el salía del cuarto de prueba de instrumentos. Si tan solo hubiese llegado unos minutos antes o al menos unos minutos después... Reprimí un suspiro y al comprobar que el también me había visto musité con evidente desanimo, un simple -Hola. – Por una razón que aun no lograba descubrir, había algo en el que impedía que agradara completamente.

-Sí, por suerte ayer nos ha ido bien, al menos nos divertimos... -Respondí ignorando su tono sarcástico, estaba acostumbrada a esa clase de tratos de su parte. Aunque a veces me preguntaba por que, ¿por que rayos me detestaba tanto? Lo observé especulativamente y desvié mi mirada frustrada, cuando llegó el vendedor con las cuerdas. Con el siempre era lo mismo, frustración...
-Yo no he dicho que seamos el único grupo talentazo en la ciudad... No soy tan egocéntrica, aunque tú no lo creas... – Desde mi punto de vista, tener éxito con una banda era poseer mitad talento mitad suerte, con mi banda sucedía eso, últimamente la suerte estaba de nuestro lado, y debíamos aprovecharla antes de que se marchara.
Continué examinando una de las cuerdas procurando no alterarme hoy no deseaba enfadarme, ni si quiera con el, estaba demasiado cansada, como para gastar una gota de energía más.
-No te he avisado porque estaba más que segura que no irías, y si por esas casualidades se tu hubiera ocurrido pasar ese lugar, tu humor hubiese sido tan bueno como en este momento... No necesito personas así...-Mi proyectos de no enfadarme se desvanecieron, mi seño se frunció y sin pensarlo me sentí molesta. -Además ¿tú no me detestas, porque te interesa lo que hago? Ignórame... –Mordí mi labio inferior un tanto dubitativa, clavando la vista en la cuerda que tenia en mis manos. Ignorame...
El chico que me estaba atendiendo observó la situación con ojos un tanto desorbitados, y poco a poco fue caminando hacia el otro extremo del mostrador.
Con un sencillo y simple hola, habíamos comenzado una discusión, por que tenía la maldita costumbre de continuar hablando con el, si todas nuestras conversaciones nos conducían a esto. -No lo entiendes ustedes no son nuestra competencia... Mi hermano esta en la misma banda que tu, si a ti te va bien a el también, con eso me basta para apoyar a tu banda.

Ethan suspiró fastidiado, no tenía idea de cómo un simple "hola" desencadenaba una batalla campal siempre, cada vez era lo mismo, no podía ni siquiera pensar en el hecho de llevar una conversación civilizada con ella, negó con la cabeza mientras Lucille le explicaba todo y le pareció lo mismo de siempre, siempre se escudaba en su hermano para explicar todo lo que pasaba alrededor de su banda.

Sin embargo, lo que verdaderamente le molestó de todo fue el hecho de que ella le dijera que la ignorara, no podía, pensó en gritarselo a los cuatro vientos, en gritarle que lo había intentado cuando ella lo saludó, pero las palabras se le quedaron estancadas y él solo volvió a suspirar, intentando apartarse del lugar, buscaba no crear un ambiente más hostil, e hizo como si estuviera revisando otras cosas pero con la mirada, de vez en cuando, puesta en ella.

Finalmente no se contuvo y la jaló al cuarto de prueba de los instrumentos, el encargado estaba a punto de interponerse, no le importaba lo que Ethan podía hacer con la chica, solamente el hecho de que no llevaban instrumentos, él tomó lo primero que vio, una guitarra doble, y casi se la restriega en la cara al chico, no le importaba absolutamente nada, podía incluso romperla si su paciencia se agotaba.

¿Es en serio Lucille? ¿Crees que no iria...? ¡Ni siquiera te dignaste a preguntarme nada! ¡Cómo rayos sabrias si iria o no si no te tomaste en cuenta en lo absoluto...! no lo entiendes...nunca has entendido nada...no sé qué rayos hago perdiendo el tiempo contigo cuando es obvio que te importa más lo que piense tu hermano que lo que yo pueda sentir...olvidalo...no puedo...no puedo seguir siendo el amigo invisible, Lucille...¡Lo siento! y si...sé que te habia dicho algo parecido hace tiempo...pero no es fácil que te rechazen de la forma que lo has hecho tú...y no te preocupes...no te diré nada más...solo quería desahogarme sin que nos mirara nadie...

Dijo, molesto, dolido, y haciendo un ademán para irse.

Esta vez fui yo la que se sorprendió. Ethan me tomó del brazo y comenzó a tirar de mi hacia al cuarto de pruebas. Intentando soltarme miré al encargado en busca de ayuda, pero ya era demasiado tarde antes de que pudiera si quiera pestañar estábamos adentro de la habitación con una guitarra doble.
Escuché lo que decía sin poder hablar, supuse que todos los que estaban allí fuera debían estar escuchándolo. Nunca lo había visto así, tan enfadado, a medida que fui escuchándolo sentí una especie de cosquilleo en mis puños, y la agresividad que por lo general no utilizaba estaba a punto de salir disparada en ese momento. -¡En verdad lo creo! ¡Tú me detestas! Tu... tu.... -No encontraba las palabras adecuadas para decirle todo lo que sentía en ese momento, mi respiración era cada vez más acelerada y mi ira, iba en aumento, y mis ojos comenzaron a humedecerse debido a la rabia, maldición... soy una idiota. Mordí mi labio inferior, para reprimir mis sentimientos pero fue en vano. -Entender ¿que? ¿Que quieres que sea otra más de tu preciosa colección de chicas? Eso es lo que soy para ti, y no lo niegues. ¡Eres tu el que no comprende lo que siento! ¿Sabes por que mi hermano es más importante que tu? Porque el no me lastima... -En el momento justo en que se marchaba tome su brazo para intentar detenerlo. -¡No sabes lo que me ha costado apartarme de ti! ¡No sabes lo duro que es para mí admitir que somos diferentes, y que no te importo! ¡No entiendes lo que implica para mi decir esto! -Mi puño derecho se estrello contra su pecho, y por primera vez fui conciente de lo que había dicho. Me aparté de el sin mirarlo. ¿Que demonios me estaba pasando? Yo era vulnerable...
-Ya me he desahogado vete si quieres... -Agregué con voz cansada, y la poca energía que quedaba en mi se fue, no esperaba que todo terminara tan rápidamente, en mi interior tenía la esperanza de que las cosas continuaran como siempre un tiempo más...

Ethan la escuchaba y no podía creerlo...¿cómo pudo llegar a estar enamorado de alguien así?. Lucille obviamente no lo sabía, pero su rechazo fue el detonante para que él fuera como es, tenía a muchas comiendo de su mano, sí, eso era indudable, pero su corazón le pertenecía a unas pocas, y ella era una de esas pocas, sin embargo, no lo quería, lo pisoteaba y lo ninguneaba bajo el pretexto cliché de sentirse lastimada.

A él le pareció increible el cinismo que Lucille brotaba en cada palabra...¿lastimar? ¿ella sabía el contenido tan siquiera de eso? ¿ella, quien, lo ignoró completamente cuando Ethan, luego de armarse de valor por días, finalmente le dijo todo lo que sentía? aun retumbaban aquellas palabras en su cabeza, estaban en una discoteca de la zona y él aprovechó la soledad y la cercanía para confensarle que le gustaba, ella dijo, más o menos, que "también le gustaba...como tocaba el bajo" y al otro día, le remató diciendo que bebiera menos.

Enseguida pareció como si ese instante saliera reflejado en su memoria, fue dificil de digerir y ahora era mucho más, él la tomó del brazo pegandola a la pared, la miró fijamente mientras negaba suavemente con la cabeza.

No tienes idea de lo que es lastimar...si yo te lastimo...¿¡como llamas al hecho de que me llamaras ebrio solo por decirte que me gustas!? ¿¡Es en serio!? como puedes ser tan cinica...¡como puedes decir todo eso tan libremente! tal vez si me hubieras tomado en serio, no buscara a más nadie...porque nunca tuve intención de eso...siempre fuiste tú...¡pero eres demasiado egoista para darte cuenta!

El se separó enseguida, dandole la espalda mientras la miraba de reojo.

Si tú quieres seguir con este juego...de acuerdo...mantendremos tu reputación de "yo rechazo a quien quiera"...no necesito ni siquiera fingir que no me llevo contigo...

Se dio la vuelta, mirandola fijamente, casi con rabia, avanzó dos pasos y luego posó su mirada en la guitarra doble, necesitaba salir de ahi...

Otra vez su mano apretó mi brazo y me acorraló, sin poder disimular mi nerviosismo fijé mis ojos en el suelo decidida a no observarlo, estaba demasiado cerca de mí y yo no sabía si esta vez podría conservar mi perfecta máscara de frialdad. Aun así pese a toda decisión previa, mi mirada volvió a dirigirse hacia el con ojos encolerizados debido a la rabia.
Genial, ahora yo era la causante de su adicción a las faldas, sacudí mi cabeza mientras una sonrisa irónica pero a la vez dolida aparecía en mi rostro.
No podía distinguir que era peor, la rabia que me provocaba escuchar aquella excusa, o el dolor en aumento que generaba su concepto sobre mi personalidad.
-¿En verdad piensas que disfruto lastimando a otros? ¿Crees que soy tan cruel como para rechazarte solo por diversión? -Clavé mis ojos en los suyo sintiéndome tan lastimada y enfadada que podía sentir la opresión de mi pecho, como si trasladara el dolor a mi cuerpo. Continué mirándolo deseando descifrar el motivo que lo había llevado a pensar todo eso sobre mí, a través de sus ojos; y lo entendí. El no me conocía, porque yo nunca había sido lo suficientemente honesta, nunca le había respondido lo que quería en realidad, y en parte la imagen que se había fabricado sobre mí, era justificable. Alcé mi mano libre en dirección a su mejilla, pero la dejé caer, demasiado cobarde, como para arriesgarme. -Te rechacé porque honestamente, no esperaba que tú te interesaras en mí, nunca lo esperé. Sí, puede ser que me haya equivocado, pero lo siento no estoy en tu mente, no puedo saber lo que sientes o lo que piensas, yo me equivoqué y lo lamento, nunca fue mi intención lastimarte... -Sostuve mi mirada unos segundos, hasta que el se alejo de mi y las pocas esperanzas que conservaba amenazaron con desaparecer.
Ethan no me creería, sin importar lo que digiera el se las ingeniaría para deformar el significado de mis palabras. Ahora yo estaba siendo rechazada.
-No disfruto rechazando a otros. -Repetí nuevamente. -Solo busco protegerme... Mordí mi labio inferior aun debatiéndome entre ser completamente honesta o continuar jugando entre esa estrecha línea de sinceridad y falsedad... Me rindo. -La palabra adecuada no es egoísta, sino... desconfiada. -Respiré un par de veces para darme valor, la idea de hablar sobre mis miedos y desconfianzas con otros era algo que me desagradaba completamente y me hacía sentir vulnerable, pero yo debía dejar de pensar en las consecuencias, necesitaba ser honesta, necesitaba que me entendiera.
-Ethan... -Esto se sentirá como caer, me golpearé, me golpearé. -Tú me gustas, no deseo que me ignores, no deseo que me detestes ni nada de eso... Si te has cansado de mi lo comprendo, pero al menos quisiera hablarte con honestidad una vez, para no sentir más tarde que lo arruiné todo por miedo.

Ethan quería...no, necesitaba irse de ahí tan rápido como fuera posible, maldijo internamente al verse aun en aquel cuarto de pruebas...¿Por qué no tomó la iniciativa y se largó tan pronto ella le dijo que tenía via libre para hacerlo? internamente estaba fastidiado, por no haber tomado la oportunidad y dejar que Lucille lo manipulara con su juego.

Externamente su imagen era inexpugnable, como un muro de hierro que no se podía penetrar, sin embargo por dentro la historia era completamente distinta, por dentro si podía incluso creerse las palabras de ella, sus disculpas parecian sinceras, y el hecho de no querer salir lastimado era algo perfectamente natural, incluso él llegó a ser muchas veces una roca impenetrable en cuanto a sentimientos.

Suspiró escuchandola, arqueó una ceja...no quería mostrarse débil, estaba cruzado de brazos...¿cansarse de ella? sus desplantes lo descolocaban y lo fastidiaban, sin embargo, ella fue su primer "amor" al llegar a Nueva York, y eso era algo que él se tomaba en serio, a pesar de que para ella todo fuera un juego en su momento, ahora quería intentar arreglar las cosas...pero...¿sería fiable darle una segunda oportunidad?

Ethan se quedó callado, simplemente escuchando, estaba cerca de la puerta ya que no quería presenciar todo eso, no quería dejarse convencer, pero finalmente fue acercandose al medio del cuarto, en un claro gesto de que le permitiría explicarse.

¿Quieres hablarme con honestidad...? Hazlo...y espero que no intentes nada...

Ok, esta bien... ¿Qué se suponía que debía decir ahora?¿Pedirle disculpas y afirmar que me gustaba una y otra vez hasta el cansancio? No, eso sería ridículo, además yo no era de la clase de personas que repetían frases o palabras tantas veces que terminaban perdiendo el sentido. Caminé por la pequeña habitación intentando poner en orden mis ideas.
-Desde pequeña no se me ha dado bien confiar en otros. Ya sabes, por todo lo que viví con mi familia, control, engaños, falta de afecto, etc, etc... -Me detuve y entre lacé mis manos una y otra vez, procurando no mirarlo directamente. - Yo tuve que aprender a cuidarme sola, a defenderme de cada persona que se acercaba demasiado a mi y que pudiese llegar a hacerme daño... Poco a poco fui levantando un muro alrededor de mi, que me permitiera relacionarme con los demás pero a una distancia prudente. Hasta ahora no me había dado cuenta que solo conseguía alejar a los demás. -Despeiné mi cabello confundida, esperaba que todo esto sirviera para algo.
-Cuando llegaste tu intenté por todos los medios auto convencerme de que no te importaba "Es amable porque soy la hermana de Matt" "Tan solo está bromeando" "¿Cómo se interesaría en ti" Tu te acercaste demasiado y eso me asustó. Esta vez si posé mi mirada en el. -Con todo esto no busco excusarme, admito que hay personas que vivieron situaciones más duras y aun así confían en otros. Tan solo deseo que me entiendas, se que mi mente no es completamente racional y que conmigo las cosas no son fáciles... Pero me gustas, simplemente eso, me gustas... -Desvié la mirada completamente contrariada y algo avergonzada, darme cuanta que me había comportado como una idiota todo este tiempo no era fácil...

Ethan se limitaba a cruzarse de brazos al escucharla, había pasado tanto entre ellos, ella lo había rechazado de unas maneras tan increibles que no sabía que creer, su esceptisimo era más que evidente, puesto que Lucille era una reina manipulando y engañando para conseguir sus objetivos. Ahí estaba, vuelta un manojo de nervios, moviendose de un lado para otro mientras él solamente se dedicaba a estudiar sus movimientos, a ver si habia una pequeña gota de mentira en ellos que pudiera sacar para así no caer en ese juego, no caer, no creer en sus palabras...

Lo que escuchaba le sonaba a poco, pero al menos parecía estar consciente de que una cosa era evitar sentirse lastimada protegiendose, y otra muy diferente tener esa misma sensación hiriendo a otros, suspiró mientras negaba con la cabeza, todo aquello parecia tan sin sentido que pensó en reirse de manera irónica, pero no lo hizo por respeto a lo que ella podía estar sintiendo, que, después de todo, tal vez si era genuino.

Suspiró..."simplemente" le gustaba, después de todo ese tiempo en el que ella estuvo evadiendolo, esa confesión le sabía de poco a Ethan, sin embargo se moria por ir, besarla, pero no iba a ser tan fácil...él esta vez no correría a su llamado, se acercó a ella haciendo un gesto con los labios, pensando, le evitó la mirada por todo el tiempo que pudo pero finalmente la miró, con ojos serios pero inexpresivos, no sabía que pensar, pero esta vez le daría el beneficio de la duda.

Nunca me diste una oportunidad para demostrarte que todo era sincero...tu fuiste la primera persona que me ayudó, fuiste quien me permitió conocer todo esto...yo...nunca quise herirte Lucille, pero no te importó...

Le dio la espalda, solo para "tomar impulso" y volverla a encarar.

¿Tu crees que mi vida fue fácil? ¿Tu crees que no sé lo que estás sintiendo...? a mi me ha tocado estar en esa posición...y...no quiero verte sufriendo...no quiero verte mal por mi...quiero que la decisión sea tuya...te gusto...yo...estoy dispuesto a dar borrón y cuenta nueva...pero tú...¿qué quieres hacer a partir de ahora...?

Su falta de respuesta solo hizo que mi nerviosismo fuera en aumento. ¿Que a caso mis palabras no valían nada para el? ¿Había perdido completamente la escasa confianza que tenía en mi? Enojo, frustración, y nuevamente ese dejo de tristeza. Todo esto era tan confuso, yo no tenía un plan b después de ese... No sabía que más hacer.
-Eth, ya te lo he dicho, yo me equivoque, por lo general intento darle oportunidades a las personas pero cuando se trata de darme oportunidades a mi misma, con personas o situaciones que me importan no me es tan fácil. -El debía entenderme, yo me estaba esforzando por ser clara.
-No, no creo que tu vida fuera fácil, ya lo se. Por eso intento no quejarme de la mía. Suspiré, yo no esperaba justificar mis acciones se lo acababa de decir, pero al parecer no terminaba de creerme. La situación me estaba desbordando yo no tenía un plan b luego de este; mis palabras estaban agotándose y al parecer su confianza en mi no aumentaba en lo más mínimo. ¿Que deseaba hacer? Sí, una parte de mi quería estar a su lado, necesitaba estar con el, pero… ¿de que me servia estar con alguien que no podía perdonarme? ¿Qué obtendría de todo eso? Las cosas entre nosotros continuarían siendo tensas, y eso generaría aun más problemas. El acababa de decirme que estaba dispuesto a comenzar de nuevo, pero ¿en verdad lo haría, con tal desconfianza hacia mi?
Mi cabeza trabajaba rápidamente, envuelta en su mundo de dilemas, mientras el aguardaba… Yo no sabia… que hacer.
-Lo siento, no se que creer, todo esto me ha superado, espero que no me guardes rencor, pero no puedo, aunque suene completamente ilógico, necesito tiempo…
A paso apurado me aproximé a la puerta, y sin pensarlo la atravesé, más tarde me arrepentiría de todo eso, pero ahora no podía pensar más, mi mente pedía a gritos un descanso, yo deseaba un tiempo para respirar.

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