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New York, una ciudad con climas extremos, en la que el verano es sumamente caluroso y el invierno posee temperaturas de hasta -10º C, siendo los meses de enero y febrero los más fríos. Por lo que es de esperar que en esta época del año se produzcan nevadas.
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Desayuno sin diamantes {Chris Engel}
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Desayuno sin diamantes {Chris Engel}
Cuando me levanté esa mañana, hice lo mismo de todos los días. Ducha fría, darle de comer a Bernard y salir a desayunar fuera. Cogí mi abrigo y me enfundé una enorme bufanda de lana que había tejido dos inviernos antes, y salí de mi pequeño apartamento.
Me eché a andar, como siempre hacía, por la pequeña calle donde vivía. No era el barrio rico de New York, ni tampoco quería que fuese así. Aún así, era agradable, con casitas de familias típicas americanas.
Llevaba apenas un mes en la ciudad, y ya me sentía parte de ella, era como si su frenético ritmo se hubiese inyectado en mis venas, como una extraña droga. Fuí caminando por las calles de la ciudad, cada vez más ruidosas y más contaminadas (era lo único que detestaba de NY), hasta llegar al Lemon Tree. Era una cafetería pequeña y agradable, mi destino de todas las mañanas.
Me senté en una mesa, cerca de la puerta, y abrí el periódico que había comprado en un quiosco del camino.
El camarero no se molestó en acercarse, ya me conocía, y sabía que hasta que no terminara con el periódico no pediría el desayuno. Las noticias de ese día eran bastante desoladoras, pensé. Solté un pequeño suspiro, y, con un movimiento de mi brazo, rebusqué en mi pequeño bolso de cuero, hasta encontrar la cajita donde guardaba mis cigarros liados. Saqué uno y lo encendí con le mechero.
La primera calada inundó mis pulmones, y me relajó al instante. Simplemente me recosté en la silla, fumando y leyendo, como cada mañana.
Me eché a andar, como siempre hacía, por la pequeña calle donde vivía. No era el barrio rico de New York, ni tampoco quería que fuese así. Aún así, era agradable, con casitas de familias típicas americanas.
Llevaba apenas un mes en la ciudad, y ya me sentía parte de ella, era como si su frenético ritmo se hubiese inyectado en mis venas, como una extraña droga. Fuí caminando por las calles de la ciudad, cada vez más ruidosas y más contaminadas (era lo único que detestaba de NY), hasta llegar al Lemon Tree. Era una cafetería pequeña y agradable, mi destino de todas las mañanas.
Me senté en una mesa, cerca de la puerta, y abrí el periódico que había comprado en un quiosco del camino.
El camarero no se molestó en acercarse, ya me conocía, y sabía que hasta que no terminara con el periódico no pediría el desayuno. Las noticias de ese día eran bastante desoladoras, pensé. Solté un pequeño suspiro, y, con un movimiento de mi brazo, rebusqué en mi pequeño bolso de cuero, hasta encontrar la cajita donde guardaba mis cigarros liados. Saqué uno y lo encendí con le mechero.
La primera calada inundó mis pulmones, y me relajó al instante. Simplemente me recosté en la silla, fumando y leyendo, como cada mañana.
Chiar D'Ascolli- Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 26/01/2011
Localización : Central Park;
Re: Desayuno sin diamantes {Chris Engel}
Era algún día en la mañana y ya no llevaba la cuenta de los días pues era su semana de descanso y cuando fuera el día de trabajar su celular sonaría como siempre lo hacía. Se levantó de entre las revueltas sabanas y se dirigió al baño en donde se lavó la cara y luego se metió a la ducha, nada importante solo para dejar la flojera en el apartamento antes de salir, se puso una camisa y unos vaqueros antiguos realmente no importaba demasiado, solo iva a desayunar por lo que se puso encima una gruesa chaqueta y salió del apartamento caminando a paso lento, no tenía apuros y ya estaba extrañando la vida tranquila que tenía antes de Nueva York, la vida en Colombus todo era mucho más tranquilo.
Caminó por las calles con la esperanza de respirar algo de aire puro pero solo era contaminación y nada más, solo aire contaminado con humos industriales y calentamiento global.Continuó observando el suelo lleno de basura interminable como si no hubieran botas de basura cada media cuadra, era algo bizarro la verdad como la gente se empeñaba en ensuciar como si la basura en los bolsillos les pasara como si de rocas se tratara.
A su derecha vio una pequeña cafetería, la verdad no le habría llamado la atención de no ser porque a través del vidrio vio a aquella chica que le daba vuelta el mundo como una bola de cristal de las que te regalaran en navidad pero mucho más fuerte de lo que puedes agitar eso. Entró en la cafetería sin más retrasos y la saludó de un beso en la mejilla como solían hacerlo desde que se conocieron para luego sentarse a su lado asumiendo que de todas formas lo invitaría.
-No me imaginaba que eras de esas personas que van a desayunar - Le dijo con una radiante sonrisa, fijando su mirada en los bellos bellos ojos de la chica que lo cautivaban cada vez más como si de una fantasía se tratara...
Caminó por las calles con la esperanza de respirar algo de aire puro pero solo era contaminación y nada más, solo aire contaminado con humos industriales y calentamiento global.Continuó observando el suelo lleno de basura interminable como si no hubieran botas de basura cada media cuadra, era algo bizarro la verdad como la gente se empeñaba en ensuciar como si la basura en los bolsillos les pasara como si de rocas se tratara.
A su derecha vio una pequeña cafetería, la verdad no le habría llamado la atención de no ser porque a través del vidrio vio a aquella chica que le daba vuelta el mundo como una bola de cristal de las que te regalaran en navidad pero mucho más fuerte de lo que puedes agitar eso. Entró en la cafetería sin más retrasos y la saludó de un beso en la mejilla como solían hacerlo desde que se conocieron para luego sentarse a su lado asumiendo que de todas formas lo invitaría.
-No me imaginaba que eras de esas personas que van a desayunar - Le dijo con una radiante sonrisa, fijando su mirada en los bellos bellos ojos de la chica que lo cautivaban cada vez más como si de una fantasía se tratara...
Invitado- Invitado
Re: Desayuno sin diamantes {Chris Engel}
Solté el humo de su cigarrillo al tiempo de ver una cara familiar detrás del cristal de la cafetería. Una muy agradable casualidad, pensé, nada más reconocerle.
Con cuidado, cerré el periódico y apagé el cigarrillo en el cenicero de cristal. Y ahí estaba Chris, con su sonrisa radiante, saludándome, como siempre lo hacía.
Cuanto tiempo llevábamos viendonos? Menos de un mes, eso seguro. Y Chris ya había pasado a formar parte de mi vida de una manera que no terminaba de explicarme. Tenía esa mirada impactante, ese carácter risueño y alegre, y esa especie de halo que me hacía sentir protegida... Me ahogé por unos instantes en el azul de sus ojos, para ser rescatada por sus palabras.
Demonios, yo no solía perder la cabeza de esa manera. Sonreí de manera sincera al chico, mientras hacía una seña al camarero para que viniera a atendernos.
- Acaso existe un tipo de gente que desayuna fuera? - pregunté, curiosa. - No sé, simplemente me gusta dar un paseo por las mañanas, y aprovecho para tomar algo aquí. Es un sitio agradable, ¿no crees? - Recorrí su expresión con cuidado, analizando cada detalle. Sosiegate, Chiar, maldita sea.
- Y tú? Qué haces por aquí? - y, parafraseando lo que el me comentara, le dije: "No me imaginaba que eras de esas personas que van a desayunar " - seguido de una risotada.
Con cuidado, cerré el periódico y apagé el cigarrillo en el cenicero de cristal. Y ahí estaba Chris, con su sonrisa radiante, saludándome, como siempre lo hacía.
Cuanto tiempo llevábamos viendonos? Menos de un mes, eso seguro. Y Chris ya había pasado a formar parte de mi vida de una manera que no terminaba de explicarme. Tenía esa mirada impactante, ese carácter risueño y alegre, y esa especie de halo que me hacía sentir protegida... Me ahogé por unos instantes en el azul de sus ojos, para ser rescatada por sus palabras.
Demonios, yo no solía perder la cabeza de esa manera. Sonreí de manera sincera al chico, mientras hacía una seña al camarero para que viniera a atendernos.
- Acaso existe un tipo de gente que desayuna fuera? - pregunté, curiosa. - No sé, simplemente me gusta dar un paseo por las mañanas, y aprovecho para tomar algo aquí. Es un sitio agradable, ¿no crees? - Recorrí su expresión con cuidado, analizando cada detalle. Sosiegate, Chiar, maldita sea.
- Y tú? Qué haces por aquí? - y, parafraseando lo que el me comentara, le dije: "No me imaginaba que eras de esas personas que van a desayunar " - seguido de una risotada.
Chiar D'Ascolli- Mensajes : 61
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