¿Hay algo mal en apartarse del mundo? [Libre]

¿Seria cierta la teoría de los sabias psicólogos?. Aquella que planteaba que el ser humano debería de alejarse de su realidad por lo menos un instante cada día. Bien, no sabía en su totalidad si erraba o no, pero mi prototipo personal no cumplía exactamente con ese pedido. Pocas veces me tomaba un descanso y mi vida solo transcurría en la banda, la universidad y una comida al día, aun así seguía con vida y por mas dramático que suene me sentía feliz de ese modo, la única recompensa que me brindaba sonrisas eran los aplausos del público ante cada tonada y las palabras y momentos inolvidables con mis amigos. Cada experiencia se diferenciaba de las otras y creo que eso era lo que no me permitía alejarme de NY.

La tarde se avecinaba, los aires matutinos de un fin de semana se alejaban para dar paso al ardiente sol y los rayos luminosos que brillarían en cada calle, ese era el momento, ese era el día. No tenía ningún pendiente y aunque mi departamento no estuviese precisamente ordenado me importaba muy poco. Las chicas no tenían planes y los ensayos iban perfectamente organizados, es por ello que tan solo me coloque un traje de baño negro de dos piezas, un short y un strapple, un bolso que contenía lo necesario y una botella de agua, por fin me daría un descanso. Tome el auto y me dirigí a las piscinas, seria ilógico decir que en toda mi estadía en NY no había pisado ese lugar, pero, podrían reírse al saber que así es.

Sonreí con satisfacción al ver que estaba solo, únicamente de lejos una madre cuidaba a sus hijos, pero estos se hallaban en la piscina de niños, por lo que tome una silla y deje mis cosas, me despoje de la ropa con lentitud y la coloque sobre una pequeña mesa. Después de unos minutos en donde buscaba la toalla perdiéndome en mi desorden pude encontrarla sentándome así en la silla de extensión y sintiendo como los primeros rayos empezaban a brindarle calidez a mi piel, solo esperaba que fuera un buen día, esperado o no.

Llevaba demasiado tiempo sin ir a la piscina, el año anterior no habia ido, mi mira que me gusta la piscina. Asi que decidí que era hora de ir a la piscina.
Recogí los platos del desayuno hice la cama y recogí un poco el cuarto.
Me puse un bikini de rayas verticales azul y verde unos shorts y un top gris, y mis ecko.
Preparé la bolsa con la crema solar, el protector del cabellos, agua, un libro y mi MP5.
Cogí el coche y me dirigí hacia alli.
Cuando llegue habia una señora con sus hijos y una chica que tomaba el sol en una tumbona me situé cerca de ella y deje mis cosas, después me di un baño, al salir sin querer moje a la chica cuando me estaba sacudiendo el pelo.
Perdón-le dije con angustia-Lo siento de verdad

En parte disfrutaba ese hecho, es decir, estar sola sin ruidos a mi alrededor, pero poco a poco y al pasar los segundo me di cuenta que echaba de menos a mis amigas. Si quizás las discusiones e insultos tontos estuvieran a la orden del día, pero aun así no podía evitar quererlas y protegerlas como si fueran mis hermanas, incluso poner el orden cuando era necesario y cuando nos sumábamos involuntariamente a un mundo de diversión del que era imposible salir y que hacía que olvidáramos nuestras verdaderas responsabilidades. Por ello estaba decidida a irme, quizás fuera tonto y la señora solitaria se preguntaría si su presencia y los pequeños gritos de los bebes me habían espantado, considerándome maleducada y poco realista, no fue por evitar aquello precisamente la razón por la cual me quede, sino porque irme seria encerrarme en las cuatro paredes que implicaba mi habitación ya que ni los chicos estaban disponibles por los pesados ensayos a los que asistían día a día, bien, quizás el agua fuera la única solución. Me tumbe en la silla al dejarme llevar por ese pensamiento y cerré mis ojos inesperadamente al sentirlos llenos por la luz del sol.

Tomaba un respiro, varios a decir verdad, poco a poco me acostumbraba a la soledad y a los jadeos de los pequeños que se oían hasta donde yo me encontraba. De repente sentí gotas, frías que hicieron que me sentara de golpe hasta ver una figura salir del agua, era una chica. Negué rápidamente cuando se disculpo, parecía apenada realmente y no quise que creyera que me había enojado tal acción de su parte, miles de veces me había ocurrido lo mismo, incluso podía recordar momentos con Taylor en las piscinas a donde nos llevaban, me gustaba molestarla al ser un poco mas aventurera que ella, claro está que ese comportamiento había disminuido enormemente al crecer y darnos cuenta de nuestras diferencias y lo que se esperaba de nosotras.

Tranquila, no hay que disculparse, estoy bien, creo que el agua no me hará daño. Comente con una pequeña risa mientras negaba un poco -Lo cierto es que está un tanto fría, pero creo que con este calor no se piensa mucho a la hora de entrar. Agregue arrugando el ceño al alzar la mirada y ver el intenso astro -Soy Kathleen. Presente mi nombre al bajar la mirada y volver a ver a la chica recién llegada.

La chica me pareció muy maja y también me dio la sensación de que se encontraba un poco sola, me dijo que no era necesario que me preocupara y se presentó, Se llamaba Kathleen. Seguidamente de su acto yo hice lo mismo.
Encanta kathleen-Dije sonriendo-Mi nombre es Andie. Die para los amigos.
¿Aburrida?
Le pregunté mientras hacía un gesto de que si podía sentarme a su lado.

Me hice a un lado quedando exactamente cerca del espaldar de la silla, asentí en una seña que podía sentarse allí, me pareció agradable a simple vista así que no volví a pensar en irme. Quizás no estuviera junto a mi amigas, con quienes compartía incluso más de lo planeado, pero quién sabe si esa chica podría suplantar mis planes de esa tarde y hacerme pasar una buena conversación -Encantada Die. Admití con confianza mientras colocaba mi bolso a un lado, su tamaño me estorbaba y ahora que alguien mas estaba sentado junto a mi no dude que podría ser peor.

Me pregunto si estaba aburrida y la verdad era que intentaba no estarlo, o por lo menos buscar un cambio a esa misma monotonía y al alejamiento notorio de mis amigos pese a sus trabajos y ocupaciones, me encogí de hombros mientras tomaba dos sodas, era lo que calmaba mi sed después de tantas horas bajo el sol y por el calor del verano no dude en que fuera peor y que ella también lo necesitara -Toma y no, es decir, no lo estoy pero tampoco me divierto totalmente, mis amigas están cada una en sus deberes y todo lo demás, igual que los chicos, pero aun así creo que el venir acá me ha relajado un poco de la rutina. Admití abriendo la aun fría lata -¿Tu lo estás? ¿Eres nueva en la ciudad?. Inquirí mientras daba un largo sorbo a mi bebida.