Un relax en la vida atarada.. {Noah}

Estaba con mucho trabajo, todo el día sentada en un computador pasando muchas hojas, tipeando todo lo que me pedían, era un trabajo solo por ese día, pagaban bien por lo que me había animado, aunque pensándolo bien, no hubiese echo esto... era demasiado.
Seguí en mi trabajo y luego al terminarlo me estiré hacia atrás, alcé mis brazos y luego tomé mis cosas y me fui a cobrar, salí más rápido de lo que pensaba por lo que al mirar mi reloj me di cuenta que solo eran las 6. Por lo que salí alegremente de aquella oficina tan horrenda y sin vida y caminé lentamente por las calles.

Luego de caminar unos minutos y aferrarme a mi amado mp4, el cual me había salvado la vida todo el día, llegué ha un café, miré a dentro, estaba algo vacío, por lo que me apeteció entrar en el, caminé hacia la pesada puerta y la abrí como pude, luego me senté en una de las mesas. Unos minutos después llegó un camarero el cual me tomó la orden - un capuccino con crema y una tarta de chocolate - dije alegremente poniendo mi mp4 en la mesa y mi bolso en mis piernas. El mesero me observó, tomó la orden y se marchó, yo miré hacia afuera, y seguí ahí sentada sin nada que pensar, apoyada en mi palma de la mano mirando la gente pasar.

18:25... Tic-tac... Tic-tac... 18:27 Tic-Tac... Tic-Tac... ¿Que acaso la hora no pasa más?

Tomé un par de hojas que descansaban sobre mi escritorio, y las leí con impaciencia, luego de marcar un par de líneas con un destacador, suspiré y froté mis sienes. Desde que había llegado a NY tenía una especie de bloqueo emocional, o más bien, mental, que no me permitía escribir como era debido, además de preocuparme por lo obvio (perder mi nuevo empleo por trabajo acumulado), no deseaba que mi nivel decayera, por eso debía esforzarme.
Reprimiendo un nuevo suspiro, volví a teclear en mi laptop, sin prestar atención a nada que no fuera la pantalla o mis dedos, tecleando y tecleando.
Estiré mi mano derecha en busca de mi taza de café y me la llevé a los labios. Vacía...-Hey, ¿Martin puedes traerme un taza de café? -Me asomé a la puerta de mi oficina con mi taza en la mano.
-Lo siento Noa, la maquina se averió y mi horario termino... -Asentí reprimiendo una mueca, y sonreí como pude. - Descuida, iré al café, supongo que mi turno ya debe de haber terminado también. -Entré nuevamente en mi oficina, y tomé mi saco de hilo fino, mi bolso y sin mirar el reloj por miedo a que no indicara la hora de mi termino de horario, salí del lugar.
La pequeña cafetería, quedaba a unas calles de mi empleo, por lo que no demoré mucho en llegar, aunque en realidad, el trayecto se me hizo agradable, ya que desde pequeña adoraba caminar.
Me sorprendió bastante ver que la mayoría de las mesas del local estaban vacías, las pocas veces que había tomado café allí siempre había muchísima gente.
Luego de tomarle la orden a una chica que se encontraba en una de las pocas mesas ocupadas, el mesero se acercó a mí. -Mmm... Un café negro y unas donas, de chocolate. -Sonreí amablemente, el asintió y se marcho.

una chica algo atareada, entraba por la puerta, según yo... su rostro decía - necesito algo de descanso - eso me imaginaba, sonreí por lo que pasaba por mi mente y cuando el camarero se marchó fue a atender a aquella misteriosa chica, ladeé un poco la cabeza y luego volví a apoyarme en mi palma de la mano. Escuché lo que pedía la chica, era alguien interesante, café negro le escuché decir, al parecer no estaba tan equivocada, aquella chica estaba algo cansada se le notaba además de su rostro el café negro siempre daba la impresión de estar tenso, por lo que volví a sonreírme.
Pasado unos minutos llego mi pedido, le di una especie de mueca sonrisa al mesero y luego tomé un sorbo de mi capuccino.

Me moví hacia la mesa contigua de la chica, algo me daba la impresión de ser alguien buena para hablar, no quería parecer ninguna psicópata ni nada menos, a demás no me gustaban las chicas, por lo que no le hablé en el mismo momento que me cambié de mesa, me hice la desentendida unos minutos y luego murmuré

- al parecer estás cansada - le dije dándome vuelta hacia ella y dedicándole una sonrisa, ojalá no pensara mal de mi... eso no me gustaba...