Love,don't let me go.{Daniels.}

Cocinar no se le daba para nada bien, de hecho el horno de su casa estaba sin usar todavía.Harto de comer en McDonald's, prefirió darse un gusto y cenar como dios manda en un restaurant.
Sólo,no le había avisado a nadie de ir.Quería comer en paz y esperaba que no empezaran a joderle, no estaba del mejor humo.
Entro y pidió una mesa, un lugar un tanto reservado.Se sentó y tomó la carta, pasándola con paciencia.Rato había entre que el terminara de leer y se decidiese porqué comer.

Como era de esperar en mi casa no había nadie. Ya estaba acostumbrándome a esa rutina de vivir "sola" Math desaparecía de manera tan sorpresiva que no dejaba de desconcertarme, pero en fin... Era su vida no debía entrometerme ¿Verdad?
Aun así estar tanto tiempo sola traía sus ventajas, como por ejemplo el echo de no tener que cocinar, nunca se me había dado demasiado bien la cocina...
Esos últimos días mis comidas se habían centrado en enlatados, ensaladas, y cosas que no requerían demasiada elaboración, al principio todo iba bien pero luego de un tiempo habían llegado a aburrirme.
Tomé mi infaltable bolso y salí al restaurant, no solía ir mucho a ese lugar pero en fin, necesitaba un buen almuerzo.
Cuando llegué me llamó la atención la cantidad de gente que había, aunque no le di mucha importancia al asunto y me dirigí hacia una mesa distraídamente.

Pasta no..mhhm..carne asada..tampoco-murmuraba por lo bajo,hablando sólo,total a quién le importaba.No iba a decidirse, había una gran variedad de platos,frios calientes, semi-calientes y todas esas mierdas juntas.
Bufó, habría sido mejor pedir una pizza y listo,pero no, el siempre buscando algo fuera de lo común.Inspió profundamente y terminó decidiéndose por pollo al horno con papas.
Levantó la cabeza para llamar al mozo y se distrajo mirando a una chica.Le conocía..¿O no?

Leí la carta tranquilamente, aunque ya tenía claro que comería. Observé el lugar esperando que el mozo se acercara pronto, una familia numerosa hacia bastante bullicio, esto me molestó un poco así que continué buscando al mesero con la mirada. -Donde rayos se ha metido... -Musité con el ceño fruncido, y en ese preciso momento me percaté de que cerca de mi mesa estaba sentado Maldición... -Desvié la mirada disimuladamente deseando que no me reconociera y me detuve un momento, revolví mi cabello algo pensativa. -Lo más probable es que ni siquiera me recuerde. –El mozo se acercó a mi mesa y realicé mi pedido tranquilamente.

Joder..-tragó en seco, no se confundiría, no con ella.Por más que le gustaría negarlo y hacerse el tonto no podía.Era ella, hacía tiempo que no la veía y estaba..
No podía quedarse así, tomó su abrigo, viendo que estaba sola y se acercó a la mesa de ella.La miró y se quedó sin palabras, decir hola incluso le parecía estúpido.

El mozo se fue y dirigí mi mirada hacia la ventana, procurando relajarme. Pero... ¿Que hacia el en New York? ¡Debía estar en Seattle! Sin darme cuanta mis puños se cerraron sobre la mesa y la postura relajada que tanto había deseado mantener, se esfumó completamente. Estaba enfadada. Tomé mi bolso y me pare impulsivamente, pero allí estaba el. Fruncí el entrecejo, sin poder disimular. -¿Se suponía que iba a sentarse conmigo? -Eres increible... Sacudí la cabeza.

Le cerró el paso casi intuitivamente, con su corazón latiendo a mil por hora.Le observó, guardando el silencio por unos momentos.Estaba como petrificado, aturdido de tan sólo verla allí, de nuevo, parada frente a él.Enarcó ambas cejas cuándo le oyó, no había señal alguna que dijese que quería discutir con ella.
-Hola, Chloe..-saludó,sintiéndose estúpido.

Desvié mi mirada mientras el me observaba. Me sentía extraña, verlo después de tanto tiempo, y en un lugar tan inesperado... Diferentes imágenes pasaron por mi cabeza y suspiré. Lentamente recompuse mi expresión antes de responder. -Hola... -Volví a dirigir mi mirada hacia el esta vez con gesto más tranquilo.

Pasó saliva con dificultad y sonrió cómo pudo.Estaba anonadado aún, pero su cabeza estaba en proceso de recobrar la compostura.Notó que su tono era más tranquilo ahora y eso le calmó un poco-¿Cómo has estado? no has cambiado en nada..-murmura,intentando no ser grosero o meter la pata, la situación entera era muy extraña.

-Pues en general, bien... -Farfullé sintiéndome algo idiota. Esto era extraño, muy, muy extraño. Una gran cantidad de preguntas pasaron por mi mente, pero decidí no formular ninguna de ellas. - ¿Tu estás bien? Tampoco has cambiado... -Agregué estudiándolo con la mirada. Después de todo no ha pasado tanto tiempo... Pensé reflexivamente.

Ahm..claro-sonrió, com o sofocado por la situación entera.Intentó buscar algo que decirle.Desvió su mirada y vió la mesa, enseguida se le vino algo a la cabeza-Ya te ibas..¿O quieres cenar?-pregunta, como quién no quiere la cosa, no quiere dejarla ir aún.
La vuelve a mirar, con esa extraña sensación en la parte baja de su estómago y los ojos casi brillandole.

Sonreí levemente luego de su respuesta, y se produjo un silencio incomodo en el que me dediqué a manija de mi bolso. Poco a poco, fui sintiéndome más incomoda, y nerviosa. Maldición, pensé que lo había superada. -Emm... -Estaba a punto de responder cuando el mesero regresó con mi pedido. -Gracias. -Dije entre dientes. -Pues, me quedaré, a cenar... Asentí esbozando una sonrisa forzada.