La montaña rusa [Sam]

Problemas, problemas, problemas...
Eso era todo en mi mente, y me estaba cansando. Siempre era una buena solución distraerse, escapar y reír un rato.
Reír, diversión...todo conducía a un mismo lugar: El parque. América tenía muy buenos parques de diversiones, eso sí. El sol estaba en el cielo, brillante, parecía ser un buen día, es más, estaba de muy buen humor, con ganas de sonreír.
Me dirigí al parque gracias a la ayuda de mi mapa (sí, un mapa, no tenía GPS, ja, era tan moderna) e inmediatamente me formé para la fila de la montaña rusa. Mi humor brillante se empezó a desmoronar cuando vi toda la gente que esperaba, así que me "colé" en la fila. Y así escuché a una señora que resongaba y un niño que se quejaba, pero ya que, nada iba a arruinar mi día.

No sé muy bien que hacía allí. Ir a un parque de atracciones sola era algo que nunca había hecho, aunque la verdad es que ahora casi todo lo hacía sola. La única razón por la cual estaba pasando quince minutos de mi vida en una cola para la montaña rusa era básicamente la nostalgia. Sí, sonaba ridículo, pero uno de los pocos lugares que veía con afecto en Nueva York era su parque de diversiones, al cual solía ir un par de veces al año cuando mi hermano aún estudiaba aquí. El barullo, gritos desesperados o divertidos, olor a palomitas y ridícula música realmente semejante a la cirquense eran cosas que me traían buenos recuerdos; no, definitivamente este lugar no había cambiado.
De pronto, desde mi posición, oí como un par de personas se quejaban, gruñendo algo semejante a "colona". Me giré para comprobar quién había sido el culpable de ese desacuerdo general y vi justo detrás de mí a una chica diferente a la que había antes, la cual se asomaba con desaprobación por el hombro de la tal "colona". Era rubia con el cabello largo y una expresión de felicidad que me desconcertó.

-Lo siento, pero creo que te has colado. -hasta a mí me pareció estúpido ese comentario. ¿A caso alguien lo dudaba? Sin embargo no tuve tiempo para replicar más, ya que el encargado de la montaña rusa abrió la pequeña puertecita que conducía hacia las vagonetas que acababan de llegar y no tuve más remedio que pasar, al igual que las doce personas que tenía delante y las siete que tenía detrás, y sentarme en uno de los asientos dobles, abrochándome el cinturón.

Si, totalmente, la gente odiaba esperar, y no pensaba esperar ni un minuto más, no me importaba demasiado lo que dijeran ya que no podrían hacer nada. La chica que estaba delante de mí me hablo, no pude evitar soltar una risita con su comentario.
-Si, pero veo que no te perjudica ¿o si?
Y de pronto ya podíamos pasar, no era muy fanática de la adrenalina o de las emociones fuertes, pero a veces eran necesarias para sacudir la mente. Me senté rápidamente en un asiento, abroché mi cinturón y esperé a que el juego comenzará. ¿Acaso siempre se tenía que esperar?. Suspiré, viendo a la gente que estaba a mi alrededor, y los que todavía estaban en la fila, empujando para pasar. A veces la gente se desesperaba, pero era común en un lugar con tantas personas.

El encargado de la atracción, un hombre bastante entrado ya en años que habría superado sin problemas el medio siglo de vida, se encargó de ir de vagoneta en vagoneta a asegurarse de que nuestros cinturones estaban correctamente asegurados. Me sonrió amablemente y le devolví el gesto, e hizo lo propio con la persona que se hayaba sentada a mi lado.
Fue en ese momento cuando me giré y me quedé helada. La chica que se encontraba a mi izquierda era la misma a la que había ignorado instantes antes, cuando había comentado un "pero veo que no te perjudica" como respuesta a mí estúpido comentario. La miré durante unos tres segundos que se me hicieron eternos medio embobada, y luego aparté la vista, al darme cuenta de lo perturbador que resultaba que un desconocido te mirara atentamente. Estube a punto de comentar cualquier idiotez, pero no se me ocurrió nada, y me quedé ahí, con la mirada clavada en la nuca de la señora de delante, abriendo de vez en cuando la boca en vano.

Off: PERDÓN POR NO RESPONDER! se me pasó

Giré un poco mi cabeza y ahí estaba la chica de la fila, de seguro debía pensar que era una hipócrita o algo por el estilo, pero a fin de cuentas no me importaba.
Faltaba para que le juego empezara ya que la gente no se acomodaba, y me aburría y desesperaba que pasara eso, así que no quedó otra alternativa que hablarle a la chica. Sinceramente no sabía que decirle, pero siempre era bueno empezar presentándose.
-Soy Crystal