Ya no estoy en Inglaterra [libre]

Primer día en la gran ciudad, si, esa con todas esas luces y demás.
Dejé mis cosas en el apartamento, sin molestarme por acomodarlas, y salí con la guitarra al hombro. Caminé un largo rato, hasta que encontré un parque de stake...si, justamente yo en esa clase de parques, yo; la persona más torpe de todo el universo. A decir verdad, desentonaba un poco con la gente: todos vestidos de colores llamativos, algunos tatuados, otros con mechas teñidas en el cabello. Y yo, con una playera de Oasis, unas converse y un jean.
Me limité a sentarme por ahí a mirar las destrezas que tenían aquellas personas. Me dio tiempo para pensar en qué haría, si me podría sustentar por mi misma, si tendría algún amigo verdadero, aunque esto ultimo podría ser más posible aquí que en Inglaterra, ya que yo no dependía de mis padres y sus cheques, no más.
Estiré las piernas y escuché un golpe: Claro, alguien había tropezado con mis piernas. Ni tenía un día en New York y ya mataba a alguien...era un buen comienzo.

-¿Eh...? No, no, por favor, discúlpame a mí, soy demasiado descuidada y estas cosas suelen pasar. Perdón, ¿te encuentras bien? -Dije avergonzada.
Vi que llevaba con ella un bajo, lo cual me sacó una tonta sonrisa.
Le tendí la mano para ayudarla a pararse y le sonreí con una mueca de "lo siento". De seguro la chica pensaba que yo era un desastre, y si lo hacía, estaba en lo correcto.
Vi que buscaba algo...¿Que otros daños podía hacer? Vamos, no podía ser tan desastrosa.
-¿Que sucede?
Me paré y deje la guitarra apoyada contra el alambrado, a ver si la podía ayudar. Suspiré, mi torpeza hacía acto de aparición, y junto con ella la humillación. ¿Que más me podía suceder? Veamos...Tirar a una chica, hecho. Solo faltaba matar a alguien y solo llevaba horas en ese lugar. Era bastante diferente a lo que yo conocía. Empecé a arrepentirme de cruzar el mar solo para encontrar a mi hermano y tal vez dedicarme a mi verdadera vocación, aunque lo primero era un tanto imposible; la ciudad era demasiado grande y sin tener siquiera un número, una dirección, una pista...tenía una oportunidad sobre un millón.

Rápidamente me puse a buscar, sin obtener resultados.
Cuando la escuche me giré para ver que era eso que ella decía.
-Mmm, no. Ya no vas a encontrar al dueño, dalo por senado. Quedatelo, o véndelo para un nuevo Mp3, porque creo que tampoco lo vamos a encontrar. En serio, lo siento muchísimo.
Era eso o yo le tendría que comprar uno nuevo, y siento realistas, mi sueldo no daba para tanto.
Suspiré y me deje caer, sentándome en el piso.
-Soy Crystal, y...de nuevo, perdón.

Observé como miraba aquel anillo, casi de forma obsesiva o algo así...
-¿Algo que no sepa con ese anillo?
Seguí buscando con la mirada a ver si encontraba ese mp3 que por mi culpa se acababa de perder. Levanté mi guitarra para ver si estaba ahí, pero no. Ya que, no lo iba a encontrar, era absolutamente inservible que siguiera.
La miré otra vez, en espera de una respuesta.