¿De cuidados? [Mathew]

El frio enternecía mi piel como una fina capa tortuosa que intentaba alejar mi atención de la calidez desprendida de mi cuerpo que el mismo Matt se encargaba de cubrir. Incluso cuando sus labios bajaron por mi cuello deslizándose en mis pechos redondeados, quitando los excesos de gotas cristalinas no pude evitar que un sonoro suspiro brotara de mis labios, entrecerrando mis ojos y mordiendo mi labio inferior, recalcando el brillo del mismo mientras mi espalda se removía entre cada beso que se hacía mas y mas intenso hasta el punto de llegar a los bordes del sujetador con sus manos y deslizarlo un poco. Sabía que deseaba ir mas rápido, no había que ser experto puesto que de alguna manera yo también quería pero dado a que mi experiencia con chicos no era más que nula temía cometer una estupidez. Miedos absurdos que desaparecieron cuando sentí sus labios ansiosos descendiendo por mi abdomen, en dirección a mí vientre.

No evite reír interiormente al ver como se despojaba con torpeza de sus pantalones que hacia un momento había desajustado. Parecían no querer abandonarlo. Todo aquello se borro de mi mente al sentir sus labios en mi vientre plano y cálido, dando cortas mordiditas que hacían que los suspiros no fueran simples susurros sino un claro bajo gemido y que el calor y la excitación despojaran la ternura para dar pie a la verdadera intensidad del momento y lo que a este se abría paso, algo que no evitaría y que quería sin dudas. Mis mejillas se encendieron mediamente al ver que Matthew solo quedaba en boxers, una vez más pude admitir que definitivamente los aludidos pensamientos de hacer de mi amigo un monstro era absurdo pues Matt tenía todo y más de lo que podía desear una mujer, era perfecto y ahora estaba frente a mis ojos.

Note como se acercaba con su vista en mi brassier como objetivo, no puse resistencia cuando lo soltó con cuidado y sus labios, en un gesto que verdaderamente me incito totalmente, me despojaron de esa prenda dejando mi torso completamente desnudo y ante sus ojos mis pechos redondeados, siempre resguardados bajo la ropa y que ahora se mostraban completamente. Mordí mi labio inferior mientras veía sus ojos, no esperaba que dijera nada pues el silencio era más que evidente y todo señalaba a la novedad de estar así frente a él, algo que no me incomodaba. Sin embargo mis labios buscaron los suyos, sedientos de sentirlo de nuevo e incluso involucrando esta vez mi lengua ansiosa en tal beso, adentrándola mínimamente entre sus labios y atrapando el inferior con los míos, acariciándolo como si evitara que me besara por pura inocente tentación. Mis pechos yacían pegados a su torso, sabía que el podía sentirlo y que le gustaba al igual que a mí, rozaban la piel tersa de él con la suavidad de mi blanquecina piel. Mis manos soltaron el botón del corto short que llevaba mientras luego se dirigían a sus costados, pasando mis uñas delicadamente, solo estas por su espalda, deslizándolas como un suplicio para él. Mis labios se dirigieron a su mentón, pasándolos por el mismo hasta llegar a la base de su cuello y dar un beso pausado, dejando mis labios plegados por un instante. Mis piernas hicieron más evidente la cercanía que llevábamos al ajustarlo más a mí, sintiendo como la tela empezaba a estorbar notablemente y que era lo único que separaba mi intimidad de la suya, incluso para mí que sentía en mi vientre el deseo acumulado de Matt que el boxer mantenía oculto y que ya para mí era evidente.

Mis labios buscaron los suyos, besándolo sin pausas hasta dejar caer completamente mi espalda en la cama y romper la cercanía entre mi torso y el suyo, apartando mis manos, dejándolas a ambos lados de mi cabeza y dándole un claro mensaje que sabría que el entendería. Mi cuerpo era suyo, estaba a su merced.